El peligro del ecumenismo mal entendido: Por qué la Iglesia es única
Desde el Concilio Vaticano II, la Iglesia ha promovido el ecumenismo como un medio para el acercamiento con otras confesiones cristianas. Sin embargo, el malentendido y la mala aplicación de esta iniciativa han llevado a la confusión doctrinal y al debilitamiento de la identidad católica. La Tradición de la Iglesia enseña con claridad que la Iglesia es una (Extra Ecclesiam nulla salus), una verdad revelada que ha sido oscurecida por un falso ecumenismo que relativiza la fe.
La Iglesia, Única
Nuestro Señor Jesucristo fundó una sola Iglesia: la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. No existen "iglesias hermanas", sino una única Iglesia. Esta verdad ha sido afirmada infaliblemente por el Magisterio a lo largo de los siglos.
San Cipriano de Cartago lo expresó con claridad: "No puede tener a Dios por Padre quien no tiene a la Iglesia por Madre". Esta enseñanza no es una opinión, sino una verdad dogmática que ha sido debilitada por la idea de que todas las religiones cristianas son caminos válidos hacia Dios.
El Error del Ecumenismo Moderno
El ecumenismo moderno ha llevado a muchos católicos a creer que todas las denominaciones cristianas tienen la misma legitimidad, lo que equivale a negar la necesidad de la conversión a la fe católica. Esta idea es contraria al mandato de Cristo: "Id y haced discípulos a todas las naciones" (Mt 28,19). El verdadero ecumenismo no consiste en ceder la Verdad para agradar a los demás, sino en trabajar por la conversión de los herejes y cismáticos a la única Iglesia fundada por Cristo.
La Iglesia ha condenado repetidamente el indiferentismo religioso, es decir, la idea de que todas las religiones conducen a Dios por igual. Sin embargo, hoy en día se organizan "encuentros interreligiosos" donde se coloca a la verdadera fe al mismo nivel que los errores, enviando un mensaje contradictorio a los fieles.
Consecuencias de un Ecumenismo Errado
El ecumenismo mal entendido ha traído consecuencias devastadoras para la fe católica:
Pérdida de la identidad católica: Muchos sacerdotes y obispos evitan predicar la necesidad de la conversión, debilitando la misión evangelizadora de la Iglesia.
Desacralización de la liturgia: En un intento de ser "más accesibles" a otras denominaciones, se han introducido elementos protestantes en la liturgia, debilitando la sacralidad de la Misa.
Confusión doctrinal: Se ha promovido la idea de que dogmas esenciales, como la Eucaristía y la autoridad del Papa, son negociables.
El Verdadero Ecumenismo: Convertir a las Almas a la Verdadera Fe
El único ecumenismo legítimo es aquel que busca la conversión de los no católicos a la única Iglesia de Cristo. No se trata de fomentar el diálogo por el diálogo, sino de atraer a las almas hacia la plenitud de la verdad.
Los católicos fieles deben resistir este falso ecumenismo y reafirmar con valentía la fe de siempre. La Iglesia es el Arca de Salvación, y nuestra misión es guiar a todos hacia ella. "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Mt 24,35).
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