San Antonio de Padua:
Nació en Lisboa. Primero formó parte de los canónigos regulares de San Agustín, y, poco después de su ordenación sacerdotal, ingresó en la Orden de los frailes menores, con la intención de dedicarse a propagar la fe cristiana en Africa.
Sin embargo, fue en Francia y en Italia donde ejerció con gran provecho sus dotes de predicador, convirtiéndo a muchos herejes.
Antonio recibió gracias extraordinarias porque mantuvo su alma limpia, incluso del más mínimo pecado, y amaba mucho a Jesús.
Cuando enfermó, se retiró a un monasterio en las afueras de Padua, donde murió a la edad de 36 años.
Fue el primero que enseñó teología en su Orden. Escribió varios sermones llenos de doctrina y fervor.
Murió en Padua.
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